En la asesoría de imagen cuando se habla de vestimenta es común pensar en la apariencia externa de forma exclusiva, y en las iglesias y/o congregaciones de manera inmediata nos vamos a los temas controversiales, ¿tengo que usar solo falda? ¿el pantalón es malo? lo que me lleva a reflexionar, que olvidamos con frecuencia la vestimenta que realmente importa: Nuestra Vestimenta interna –si- La del CORAZON.
En las escrituras podemos encontrar bastante información sobre la forma de vestir, pero encontramos mucho MÁS acerca de cómo debemos vestirnos internamente y es curioso como no podemos salir de casa muchas veces sin arreglarnos, sin maquillarnos pero cuando se trata de la vestimenta espiritual no sabemos de que se trata, o digamos no estamos bien vestidas y para esta VESTIMENTA es útil estemos en casa o en la calle.
Un fundamento de la vestidura interna o de la preparación en nuestro corazón para nosotras es tener muy claro que esto tomara tiempo, esfuerzo y atención a los detalles, es un proceso de trasformación continuo, tal cual como cuidamos la externa.
Este valiosísimo estudio, no me pertenece por lo que solo voy a mencionar los vestidos y dar algunos comentarios sobre lo que la autora nos menciona; si desean escucharlo o leerlo todo a profundidad te invito que pases un maravillo tiempo en AVIVA NUESTROS CORAZONES PODCAST

12 VESTIDOS QUE NO PUEDEN FALTAR EN UNA MUJER CRISTIANA.
1. Dios nos viste con ropas de salvación. La vestiduras de salvación –Isaías 61:10 dice: «En gran manera me gozaré en el Señor, mi alma se regocijará en mi Dios; porque Él me ha vestido de ropas de salvación». Reconoce tu salvación, reconoce como Dios tuvo que quitarle la vida al inocente Cordero, el Señor Jesucristo! Con Su vida Él nos vistió, cubriendo nuestra pecaminosidad, nuestra vergüenza, nuestra maldad, nuestra desnudez espiritual.
2. Dios nos viste con la túnica de la justicia. Este vestido Lo encontramos en ese mismo versículo. Isaías 61:10: «Me ha envuelto en manto de justicia». Nuestra justicia nunca hubiera sido suficiente para estar de pie en la presencia de Dios. Él me ha cubierto con Su justicia –con la justicia de Cristo.
3. Dios nos viste con la vestimenta de alabanza. Isaías 61: 3 dice: «Para conceder que a los que lloran en Sión, se les dé diadema en vez de ceniza, aceite de alegría en vez de luto, manto de alabanza en vez de espíritu abatido». Esta vestimenta estoy segura que es una de la que mas trabajo nos cuesta, en nuestras fuerzas. Pensamos como alabar cuando las circunstancia nos afectan de una forma muy real, creo que la mejor forma es estar dispuestas a darle a Él nuestro espíritu abatido y dejar que me vista con Su alabanza y con su manto de alabanza.
4. Dios nos viste con la alegría. Uff, mas difícil en nuestra capacidad que la anterior, por su puesto que está relacionado con lo que acabamos de hablar. En el Salmo 30, versículo 11, dice: «Tú has cambiado mi lamento en danza; has desatado mi ropa de luto y me has ceñido de alegría». Pero aun cuando el luto es importante y muchas veces necesario, nuestro consuelo es sabes que después de ese proceso Dios nos regresa y nos viste de alegría, nunca se ha tratado de lo que nosotros debemos hacer para vestirnos, siempre se trata de la forma en que el nos cuida y nos viste.
5. Dios nos viste como mujeres con fuerza y dignidad. «Fuerza y dignidad son su vestidura» (Proverbios 31:25). Ahora bien, ¿Cómo conseguimos esa fuerza y dignidad? Bueno, en el Salmo 96: 6 dice: «Gloria y majestad están delante de Él; poder y hermosura en Su santuario» (en Su presencia). Si quieres vestirte con fuerza y dignidad para enfrentar lo que sea que venga a tu mundo este día, necesitas entrar en Su presencia.
6. Dios nos manda a vestir con humildad. En la primera carta de Pedro 5: 5 dice: «Asimismo ustedes, los más jóvenes, estén sujetos a los mayores. Y todos, revístanse de humildad en su trato mutuo, porque Dios resiste a los soberbios, pero da gracia a los humildes». En un mundo donde el valor y el amor propio pesa mas que ayudar a tu prójimo esta tarea se puede volver una montaña.
7. Dios nos manda a vestir con la belleza interior de un espíritu tierno y sereno. En la primera carta de Pedro 3: 4 dice: «Deja que tu adorno», tus vestiduras, tus joyas «sea lo que procede de lo íntimo del corazón con el adorno incorruptible de un espíritu tierno y sereno, lo cual es precioso delante de Dios». Esto no se trata de dejar que te hagan daño o que otros abusen de ti, es mas de entender y aceptar los tratos de Dios como buenos, por lo tanto, no perdiendo energías discutiendo o resistiendo sus planes.
8. Dios nos manda a estar bajo autoridad, la autoridad ordenada por Dios, la que Él ha puesto en nuestras vidas. De hecho, me gusta pensar en esto como el sombrero de la mujer cristiana. Este es el vestido favorito de pocas, no se trata de un velo físico sino de tener y llevar en la cabeza la sumisión a las autoridades que Dios ha puesto.
9. Otra vestidura que debemos usar es toda la armadura de Dios. Pablo dice: «Por lo demás, fortalézcanse en el Señor y en el poder de su fuerza. Revístanse con toda la armadura de Dios para que puedan estar firmes contra las insidias del diablo» (vv. 10-11). Piensa en lo que sucede dentro de tu hogar, en tu lugar de trabajo, en tu iglesia. Estamos en una batalla espiritual. Si no estás vestida con la armadura de Dios, terminarás derrotada, abrumada, y angustiada
10. Debemos vestirnos de un nuevo hombre. Primero debemos despojarnos o quitarnos el viejo hombre. Esa vieja naturaleza, esa carne que quiere hacer las cosas a su manera; «yo quiero controlar mi vida». y luego «debo vestirme del nuevo hombre». «De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron, ahora han sido hechas nuevas» (2 Cor. 5:17). Debo vestirme de una nueva forma de pensar y de vivir, y esto es a la manera de Cristo. A semejanza de Dios en la verdadera justicia y santidad. Es ser consciente de que si eres una hija de Dios, no eres la misma persona que eras antes, eres una persona nueva. Tienes una forma nueva de pensar, una nueva forma de hacer las cosas.
11. Luego encontramos a una colección completa de ropa en el libro de Colosenses capítulo 3: «Entonces, ustedes como escogidos de Dios, santos y amados…», ahora escucha la lista: «…revístanse de tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia» (v. 12). Esa es la mujer cristiana bien vestida. Él dice: «soportándose unos a otros y perdonándose unos a otros, si alguien tiene queja contra otro. Como Cristo los perdonó, así también háganlo ustedes. Sobre todas estas cosas, vístanse de amor, que es el vínculo de la unidad» (vv. 13-14). No puedes ser una mujer cristiana bien vestida si no amas las cosas de Dios, si no amas a tu esposo, si no amas a tus hijos, una mujer que ama aun a las personas difíciles. Sobre todas las cosas, vístete de amor.
12. Y para finalizar llegamos al último libro de la Biblia, Apocalipsis 19: 7–8, y la Escritura dice: «Regocijémonos y alegrémonos, y démosle a Él la gloria, porque las bodas del Cordero han llegado y Su esposa se ha preparado. Y a ella le fue concedido vestirse de lino fino, resplandeciente y limpio, porque las acciones justas de los santos son el lino fino».
¿Estás lista para esa boda? ¿Eres una mujer cristiana bien vestida? Sé que tienes ropa puesta, y me alegra que así sea. Pero no puedo ver tu corazón y tú no puedes ver mi corazón. Así que quiero desafiarte a que antes de salir de tu casa por la mañana, tomes esta lista y te pongas estas vestiduras.
